
Hoy la ciudad se levantó con otro muerto y con más naciendo. Uno menos y muchos más. Mi cuerpo se aleja de las noticias y se pierde donde abandonos y encuentros suceden a cada hora. Comienzo la rutina en medio de adolescentes gritando y aplaudiendo fuerte. Me pierdo en la ciudad. Navego más adentro. Hay más gritos, más vivos, más muertos, más esquinas que me esperan a desayunar un café con croissant. Yo simplemente desayuno y la tomo para mí.
3 comentarios:
No cabe duda de que estos días te has vuelto prolífica.
Ricos textos, que ya iré comentando en su momento, que huelen a catarsis, expiación y melancolía. Cada vez más lejos de la rabia y de la frustración; eso es bueno, pues a nadie le hace bien quedarse ahí. ¡Salud!
Que facinante manera de decir las cosas, toda una inspiración para los que vamos comenzando.
Amiga ¿qué bonito escribe!
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