La noche brilla con una sola luz, el día del libro no disfruto de ninguno entre mis manos, llevo mis oídos escuchando las historias que me regala la sonoridad del viento. Los libros que escondes entre tus dedos los mojo con mi lengua y mi habla. Tus dedos se construyen con el tiempo que te grita -ya es tiempo de llenar los espacios vacíos-
Los espacios
En el día del libro los carteles de la biblioteca gritan con fuerza “silencio”. Los libros apilados en los estantes uno a uno empiezan a caer. Sus pastas se abren y sus hojas quedaban expuestas gritando con fuerza a unísono “léanme”. Libros y carteles en una lucha interminable gritan en una sala vacía y apática al escándalo.
Las letras
Las letras, sílabas, palabras, frases, textos, me invitaron a imaginar y vivir. Caminan enfiladas unas pesadas otras light, corren y se acomodan en las almas desconocidas del personaje que construyen día a día.
Los autores
Creadores, semidioses terrenales que construyen y destruyen con la palabra, pensadores anónimos que desaparecen poco a poco en la construcción de cada página del libro siguiente, hombres y mujeres que se quedan desnudos cuando nos otorgan su pensamiento. Encantadores de humanos que bailamos con su música.
Los lectores
Esperan ansiosos el descubrimiento del espacio y tiempo donde nos encontraremos construyendo nuestra historia. Cada libro complementa el slot que va dejando la vida en su cotidianeidad.