domingo, 20 de enero de 2008

Las Tías Treviño

Llega temprano la tía Petra y comienza la letanía de los chismes familiares, antes de que lleguen las demás y puedan escuchar lo que no deben, -ay ya ves que esa Nena es tan chismosa Mindita, que no se puede hablar nada en frente della.
Las tías Treviño tienen las formas de Pesquería, caderas anchas, pompas abultadas, labios pequeños, y al chismear, usan un caló muy especial, alargan la última sílaba de las palabras y la sostienen interminablemente como si quisieran que la conversación permaneciera estática, inmóvil y sin tiempo. A las tías Treviño, no les preocupa el tiempo, pueden tardarse horas hablando y siempre se les hace tarde, así como siempre llegan tarde, la única tempranera es la Tía Petra. Ella a diferencia de todas, siempre a tiempo, bañada y estrenando.
-Pos sí, pos te la pasas pegada en la máquina cosiendo, pero así has de ver dejao el piso lleno de hilachas- le dice la tía Leto que va llegando apresurada y con ollas de comida, -pa que hacías tantos tamales si nomás somos nosotras-, -pos pa que no digas que soy bien pichicata. La tía Leto llega con la tía nena, así que se acaba de cebar el último chisme de la tía petra. La tía Petra quedó viuda cuando tenía veinticinco años, dicen que el marido antes de morir le advirtió que no debía ser tocada por otro hombre, de lo contrario vendría del más allá a llevársela y torturarla. Así que después de su muerte, se encerró con sus tres hijos en la casa y no salía ni a los mandados, cuando tenía necesidad de salir, se tapaba completamente y sólo se le veían los ojos. Dicen que era hermosa, pero tenía tanto miedo de su hermosura que prefirió esconderla, a estar tentando a los hombres a mirarla y como enseguida de su casa había una cantina siempre había una mirada libidinosa esperándola. Conforme pasaba el tiempo, su cuerpo fue transformándose hasta que no quedaron ya vestigios de la belleza olvidada y pudo entonces exhibir su vejez y su fealdad. Tuvo dos hijas y un hijo.
Carmela, su hija mayor se casó con Juvenal y tuvo cinco hijas, todo estaba bien hasta que Juvenal se enamoró de una mujer más joven y la dejó, mi tía Carmela me caía bien, pero después de que la dejó Juvenal se transformó y de un día para otro no paró de hablar, era tan fastidioso estar con ella, porque nunca se callaba. Tengo tiempo que no la veo pero dicen que vive sola con su perico, que como puede se tapa los oídos para no escucharla; es más si pasas por su casa puedes ver las palabras saliendo por la ventana de la casa de la tía Carmela, escapando porque ya no caben más.
Panchita es la otra hija, ella se enamoró de su primo, se iban juntos y dicen que se amaban en el río, en la azotea, en el patio, hasta que un día los cacharon en la sala de la casa de la tía Petra y decidieron separarlos por aquello de los hijos malos y todo eso. Desde entonces no se vieron, hasta hace unos días que la esposa del primo murió y la tía Panchita se presentó en el velorio y con ramo de flores y ...
Tito, es el único hijo de la tía Petra, dicen que es joto, hace poco lo dejó la esposa. Ella
andaba haciendo ventas a domicilio y se encontró a su ex novio en una de las casas que tocó, se citaron, se contaron sus penas y decidieron escapar juntos. Así un día se escaparon, rentaron una casa y dicen los vecinos que tienen que dormir en la azotea, por miedo a que en la noche entren los respectivos esposos a molestarlos.
La tía Petra, estira a mi mamá para el patio y le murmura, -viste a Leto lo que me dijo nomás llegando, “...pa que no andes diciendo...”, ahí Leto es tan repuniosa que arranca el pedazo nomás de oirla-.
La tía leto…

viernes, 11 de enero de 2008

Días de enero

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Las aceras de la ciudad se cubren del mar inexistente, lo beben sedientas; en esta ciudad donde abunda el gris, donde no hay tierra fresca en la cual esconder el hueso para mañana, es difícil predecir. Será el primer año que haga un propósito, no esta resuelto, no esta terminado se construirá en meses quizá uno, quizá doce, lo esperaré con la esperanza que levita, se esfuma y se pierde en el humo de la gran ciudad que asfixia y duele, esperaré el futuro con la esperanza del perro que rasca la dureza de la acera esperando encontrar la tierra que perdió, donde encontrará su espacio, donde encontrará la esperanza.

¿La esperanza de Enero?

Enero, es el momento de las promesas; los recuentos pasaron en diciembre hoy, revisaremos los errores, nos prometeremos nuevos proyectos. Tal vez los registremos para no olvidar, tal vez llenemos la agenda augurando cumplir uno al mes; no sé, pero creo en la improvisación del destino, en la emoción del presente, en la tentación del ahora y del nunca.

Feliz Año ánimo.


Ileana Cepeda