domingo, 6 de julio de 2008

Domingo de Wimbledon


Nadal, nos regala un domingo de sorpresas, aunadas a la esperanza del joven ganándole al experto.


El juego se interrumpió dos veces por la lluvia y fue hasta el quinto sets que Nadal vence a Feder, en lo que es su primer título como campeón en Wimbledon. Después de una caída que significaba, mengua y desfallecimiento, cuando algunos lo daban por perdido, Nadal sacó la fuerza aunada a la técnica que le ha dado la experiencia. Jugó el juego "perfecto" como lo había anunciado, nos regaló un domingo de emociones, altibajos de montaña rusa, expectantes al joven. Llenó la pantalla de luz con su giño y gesto de entrecejo, la condición de campeón denotó sus acciones en cada uno de sus tiros, el nerviosismo en sus manos, en los saques. El sincretismo de la seguridad con el misticismo de su singular seña al sacar. En fin, gané una apuesta, aposté al débil, al perdedor, al joven, al que no había ganado. Ya lo ven también los que perdemos podemos ganar alguna vez. Gracias Nadal por llenar el domingo de alegría.


martes, 1 de julio de 2008

ZOMBIS

Voy sobre la calle Juárez entre una multitud de zombis. Se mueven lentamente atentando a los coches, no respetan las luces del semáforo, no alzan la mirada. Clavan sus garras en las aceras a las que se aferran afanosamente. Sus cuerpos se arrastran por el piso y su alma se ha alejado demasiado. Cuando voy por esta calle, recuerdo mi juventud de preparatoriana y las experiencias de un grupo de tres jovencitas y un chico que formábamos un equipo para todo. Nos costeábamos el almuerzo a base de pedir dinero, vender pertenencias o sólo pedíamos un taco, Bibi era la encargada de pedir las tostadas, íbamos al mercado Juárez y pedíamos padecería de tostadas, Adriana pedía las aguas, o el jugo (uno para las tres) yo sólo me comía todo. Cuando traíamos dinero íbamos al "Pez que Fuma", una cafetería que estaba por Washington y cuando era quincena Adriana nos invitaba a "La Cabaña" una cafetería que estaba en el otro costado de la prepa uno, esa cafetería era nuestra preferida, teníamos una mesa donde siempre nos sentábamos y mi lugar estaba junto a la ventana de donde podía verse el reloj de la iglesia del Roble, siempre se me hacía tarde viendo el reloj. Dentro de la prepa estaba la cafetería, pero quedamos vetadas desde el primer semestre por andar organizando apuestas en los juegos de futbol; así que pocas veces íbamos y lo hacíamos sigilosamente. Recuerdo que en la plaza frente a la prepa había una fuente grande con los bordes en color azul. Cada que cumplíamos años aventábamos a la cumpleañera y salía toda mojada. En una esquina de la plaza junto a los teléfonos públicos había un gran árbol cercado por una jardinera que servía de asiento a los paseantes y alumnos de la prepa, además tenías la música de fondo de las tiendas de discos que había enfrente, junto al cine Juárez. El chico que atendía la tienda era conocido nuestro, le pedíamos que cuando estuviéramos en el árbol nos pusiera canciones del TRI, lo hacía metódicamente cada que estábamos Gerardo y yo sentados bajo la sombra del árbol y a todo pulmón coreábamos "las piedras rodando se encuentran y tú y yo algún días nos habremos de encontrar…" El aula Magna sigue ahí, aunque con más guardias, hace poco quise entrar y me detuvieron para preguntarme a qué iba, cuando les dije que a ver me negaron la entrada. Hace años era nuestra cabina preferida, entrabamos y hacíamos llamadas de un teléfono, que estaba bajo las escaleras entrando a mano izquierda, no sé porque razón pero el teléfono que parecía público siempre tenía línea y nos metíamos a hablar, nunca nadie nos detuvo, porque no había vigilancia, éramos dueñas de aquel recinto, conocimos todos los rincones y pasillos del teatro, además tuve una presentación con el grupo de danza contemporánea de la prepa en ese lugar; recuerdo que Bibi, Adriana y Gerardo estaban en primera fila y aplaudieron mi solo, aunque sabían que moría de nervios. La prepa ya no es prepa, las cafeterías ya no existen, hicieron con ellas un estacionamiento y una extensión de Filosofía y Letras; los dependientes de los locales del mercado ya no están, mi amigo el de los discos no volvió a tocar al TRI, la fuente y el árbol desaparecieron con un macro estacionamiento que nadie usa, al cual dejaron con el piso muy alto y luego con una presuntuosa ingeniería lo bajaron unos centímetros. Bibi creo que vive en Santa Catarina casada y con un hijo, Adriana se casó hace cinco años y no la volví a ver, Gustavo dejó el Futbol Americano, ahora es comandante y lo encontré hace meses en Galerías con una rubia exuberante. De todos mis recuerdos busqué a los peatones de la calle Juárez de hace 17 años y no los recuerdo, quizá desde entonces Juárez atrae a los zombis, quizá al transitar Juárez entre Washington y 5 de Mayo las almas se alejan y los cuerpos se arrastran.