Hay días en que mi cuerpo no me responde, mi quijada se intrinca y no bosteza al despertar, mi pie izquierdo toca el piso antes que el derecho y las muecas de mi cara revelan la inconformidad que existo. Tus manos entonces revelan la pretensión e inundan mi extravío.
Cómo hacer para amarte esos días, donde mi tarjeta no pasa en las compras, no me han pagado en la secundaria, se rompe mi falda y me dan ganas de alejarme como ermitaño a pensar y aliviarme.
Desgraciado carácter, incontrolable y vulnerable.
6 comentarios:
Bueno, así hablaba Zaratustra antes de irse a la montaña para regresar hablando más fuerte y denso. Y usted, amiga-mujer-poeta, tiene la fortuna de irse a Pesquería y quizá regrese como una sedita o a lo mejor aullando como fiera norteña. ¡Ajúa!
Le sacas brillo a tu pelo
Luego te peinas:
Cola de caballo y listón azul
En seguida sales a la calle
A matar a las personas
Con tu manera de andar.
A otros los matas
A mí me haces vivir:
Regresas despacio
Enmedallada con miradas
Como medusas de vidrio
Mas yo te aligero
Cuando me abrazas
Y nos quedamos ciegos.
¡Eso, Hiram, así se poetiza!
Tenemos días blancos, negros , rojos, prietos....¡estamos vivos! ¡urra!
Sólo me jode que establezcas que prieto es malo.
Por lo demás, se puede vivir.
no es que sea malo sólo es; obscuro.
Es un prejuicio:
no agarres ahí esta negro
¡uy! esta obscuro
¡guácala! se puso negro...
Publicar un comentario